El proyecto europeo LIFE AMDRYC4 desarrolla actuaciones de adaptación basada en los ecosistemas naturales asociados a explotaciones agrícolas de secano en áreas afectadas por el cambio climático. Estas actuaciones incorporan experiencias con abonos en verde, una práctica idónea para cultivos de secano y que tiene gran tradición en la cuenca mediterránea, pero relegada a un segundo plano durante gran parte del siglo pasado.
Pero, ¿en qué consiste el abonado en verde? Abonar en verde consiste en plantar en rotación, sucesión y asociación con cultivos comerciales, especies como las leguminosas, las gramíneas, las crucíferas o las cariofiláceas. Esto permite recuperar, aportar y mejorar las condiciones biológicas, físicas y nutricionales del suelo. Es una práctica con múltiples beneficios ecosistémicos, económicos y de gestión para los agricultores ya que aumenta en el suelo el contenido de materia orgánica y nutrientes (especialmente el nitrógeno por la fijación biológica que llevan a cabo las leguminosas), aumenta la biodiversidad, mantiene elevadas tasas de infiltración de agua por el efecto combinado del sistema radicular y de la cobertura vegetal, disminuye la evaporación de agua del suelo, protege contra la erosión superficial, disminuye la lixiviación de nutrientes, mejora la estructura del suelo, evita el desarrollo de malezas, minimiza el ataque de plagas y enfermedades específica y, además, es económica y de fácil implementación por parte de los agricultores.
En las parcelas experimentales del proyecto AMDRYC4 localizadas en Corvera (Murcia) y en Nogalte (Lorca – Velez Rubio), ya se están incorporando abonos en verde para evaluar y cuantificar objetivamente los beneficios ecosistémicos y ecológicos que esta práctica tiene sobre el cultivo agrícola de secano, en general, y sobre las propiedades físico-químicas del suelo, en particular. La parcela experimental de Corvera está destinada a cultivo de secano en concreto de almendro, olivo y algarrobo, mientras que la parcela de Nogalte está destinada al cultivo de almendro. El abonado en verde se ha realizado con semilla de avena en Corvera y con cebada, yeros y vezas en Nogalte, y se han aplicado en bandas entre las calles de plantación de los cultivos. Siguiendo la práctica tradicional, los abonos en verde se plantaron en otoño del pasado año, aprovechando la época de lluvias, y se han incorporado al suelo en junio, antes de la fructificación, para evitar que los nutrientes de las plantas se destinen a las semillas. Durante el período de plantación, la cubierta vegetal de los cultivos ha servido para proteger el suelo, controlar la erosión y evitar la proliferación de malezas. El contenido de materia orgánica y de nutrientes del suelo se ha medido antes de la plantación y se volverá a medir al año que viene. Entre otros resultados, se espera observar un incremento en el contenido de materia orgánica y nutrientes del suelo, y una mejora en sus propiedades físicas.
Las experiencias realizadas en Corvera y Nogalte, en el marco del proyecto LiFE AMDRYC4, servirá de base para evaluar de manera objetiva los beneficios ecosistémicos, ecológicos y también económicos que la práctica generalizada del abonado en verde supondría sobre la agricultura de secano de la cuenca mediterránea.