La Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) se define como la utilización de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como parte una estrategia más amplia de adaptación. Su propósito es mantener y aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad de los ecosistemas y las personas a los impactos del cambio climático.
Desde hace unos años la AbE ha cobrado una gran importancia, ya que, relaciona enfoques tradicionales de conservación de la biodiversidad y los ecosistemas con el desarrollo socioeconómico sostenible.
La Adaptación basada en Ecosistemas incluye numerosos beneficios tales como:
Si bien, en la agricultura también es de interés buscar respuestas a los efectos del cambio climático, y así ayudar a los agricultores, particularmente a los de secano, a minimizar los efectos causados por los eventos extremos.
Por este motivo, bajo el marco del proyecto europeo LIFE AMDRYC4, concretamente en la acción C3: ACTUACIONES DE ADAPTACIÓN BASADA EN LOS ECOSISTEMAS NATURALES ASOCIADOS A EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS DE SECANO EN ÁREAS AFECTADAS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO, se están realizando prácticas de Adaptación basada en Ecosistemas en las parcelas de investigación de Corvera y Nogalte, ubicadas en la Región de Murcia, donde los efectos del cambio climático cada vez son más notables, con escasas precipitaciones y aumento de las temperaturas.
Los resultados obtenidos en estas parcelas han dado sus frutos. El refuerzo poblacional sobre la parcela experimental de Corvera ha supuesto una contribución a la mitigación y adaptación al cambio climático. En primer lugar ha supuesto un incremento de la diversidad de especies, siendo un aspecto positivo desde el punto de vista de la funcionalidad ecológica. Por otra parte, algunas especies con escasa representación han aumentado su tamaño poblacional.
Por otro lado, en la parcela experimental de Nogalte destacar importante desarrollo de la vegetación natural utilizada para la reforestación de terrenos de cultivo de almendro de secano con una alta tasa de erosión. La vegetación natural introducida a modo de bandas entre líneas de cultivo mostró un escaso desarrollo hasta principios del año 2020. Durante la primavera del año 2020 se ha producido un importante incremento de tamaño, principalmente de Coronilla juncea que presenta un tamaño medio de 50 cm de altura y 40 cm de diámetro de copa. Coronilla juncea se ha usado junto con Stipa tenacissima y Anthyllis cytisoides, creando bandas de vegetación natural, que en ocasiones se encuentran acompañadas por otras bandas colindantes de vegetación típica de cultivos.
Las prácticas llevadas a cabo son de manejo sostenible y pueden ayudar a los agricultores a responder a las amenazas e impactos del cambio climático, aumentando la resiliencia y disminuyendo la vulnerabilidad de los ecosistemas.