Redefinir el concepto de “Residuo” para considerar a todo aquel rechazo procedente de las actividades como materias primas o recursos. Esta es una de las premisas de la Economía Circular, que busca que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos.
Este concepto, en continuo auge durante esta última década, es de interés para el sector agrario, ya que, aunque esta filosofía se ha aplicado desde tiempos ancestrales, la necesidad de reducir la dependencia de insumos y materias primas externas en el contexto actual lo hace un potente aliado.
Bajo esta premisa, el proyecto LIFE AMDRYC4 propone soluciones a la problemática de los residuos agrarios como restos de podas, estiércoles, purines y otros residuos orgánicos, para su aplicación como abonos que mejoren el perfil de la materia orgánica del suelo, y con ello, la producción agrícola en tierras de secano de la cuenca mediterránea. Como parte de las acciones del proyecto bajo este enfoque, se ha diseñado y construido una planta de compostaje en Xiquena (Lorca), destinada la maduración de residuos agrarios varios para generar compost, que está siendo aplicando en las fincas experimentales del proyecto.
Esta planta, desde su puesta en funcionamiento, ha permitido gestionar anualmente 13 toneladas de material vegetal procedente de poda de olivo, almendro y paja de cereal, así como unas 29 toneladas de desechos de origen animal como estiércol ovino y caprino, y purines de cerdo. En total, se han gestionado más de 150 toneladas de residuos, que se han transformado en abono orgánico de origen local con el que se han fertilizado más de 6 hectáreas de cultivos de secano.
Se está logrando así uno de los objetivos del proyecto, que encara su recta final, ya que se está dando solución a una problemática que afecta directamente al campo como es la gestión de residuos, se crean sinergias para el medio ambiente, se adapta la agricultura de secano al cambio climático y se reducen emisiones de CO2 a la atmósfera a la par que se disminuye la necesidad de aplicar fertilizantes inorgánicos, contribuyendo a generar bioeconomía local.