La selección del abonado verde como una de las técnicas a implementar durante el desarrollo del proyecto LIFE AMDRYC4 durante tres años ha tenido unos interesantes resultados que ya se reflejan tanto desde el punto de vista de la adaptación al cambio climático como de la mitigación. Así, la aplicación cíclica durante cada periodo invernal de la siembra de leguminosas y cereal en dosis de 80 toneladas por hectárea en las zonas de baja densidad, y de 160 toneladas en las zonas de alta densidad, arrojan interesantes resultados durante los tres ciclos completos desde el arranque del proyecto, que incluyen la siembre en invierno, y la siega y su posterior enterrado durante el verano o final de la primavera.
Se ha cuantificado la fitomasa anual generada mediante las intervenciones de abonado en verde con un muestreo extractivo previo al momento de su incorporación al suelo (junio). Mediante un aro de una superficie conocida de 0,5 m2 se tomaron 24 muestras, 6 en cada uno de los 4 bloques, en los que se recogió el contenido incluido dentro de dicho aro. De este modo, se extrajo la raíz, tallos, hojas y frutos que se trasladaron a laboratorio. Una vez allí se pesaron en fresco mediante dinamómetro, se tomó una muestra representativa que se introdujo en estufa, y se pesaron en seco para determinar la humedad mediante balanza de precisión.
En total se estima que con una humedad de aproximadamente el 50%, el contenido en carbono que varía en función de la ubicación de la parcela, supone un secuestro de CO2 anual de en torno a 6 toneladas de CO2 por hectárea directas, lo que suponen un total de 1,7 toneladas de carbono por hectárea, que se incorporará progresiva y parcialmente en el suelo tras su enterrado. De este modo, el proyecto LIFE AMDRYC4 aporta datos sobre el aporte de las medidas a la contribución de la iniciativa 4pormil, para incrementar el carbono en suelos agrícolas, comportando además beneficios y servicios ecosistémicos para la fertilización del suelo y protección contra la erosión.